
“¡Sí, sí! ¡Cantad, soñad, niños pobres! Pronto, al amanecer vuestra adolescencia, la primavera os asustará, como un mendigo, enmascarada de invierno”.
(Platero y yo. Capítulo III. Juegos del Anochecer)
El hospital Fernando Arenas Raffo, cambió su seriedad por un momento y brindó paso a la alegría para celebrar el Día del Niño, en una mañana radiante en Santa Rosa, a la que concurrieron grupos de niños para recibir su merecido homenaje. Y hubo risas, cantos y sueños, como presagió Juan Ramón Jiménez, en su obra universal.
Miembros de la Comisión Cooperadora, empleados del nosocomio junto a los padres y sus hijos, fueron los destinatarios de un homenaje atípico, que cambió la cara del hall del nosocomio, en medio de las carcajadas de los niños, que jugaban y festejaban las ocurrencias de los payasos.
El director del Raffo, Germán García Llaver, expresó su alegría “porque estamos mejorando el hospital y hoy le estamos brindando un merecido homenaje a nuestros niños” y se preocupó porque las cosas, una vez concluida la celebración, volvieran al orden habitual.
Globos, piñatas, chocolate, galletas y facturas, sirvieron para dar condimento al grupo de niños que concurrió, llamando la atención de algunas madres que aguardaban en la sala de espera, y que se vieron sorprendidas por la veloz carrera de los participantes.
De a poco, fueron llegando algunas personas al nosocomio, representando a instituciones, que colaboraron para hacer posible el evento, como la concejal Debora Quiroga y el secretario de Gobierno Walter Fredes, entre otros.
Ya había pasado el mediodía santarrosino, y con un sol primaveral, las risas de los chicos, aún se escuchaban desde afuera.