
El hombre sigue despidiendo metralla verbal, como si el tiempo fluyese imperturbable. Lejos de tener autocrítica o humildad, sigue buscando en cuerpos ajenos lo que no encontró en el propio, las culpas para justificar su situación.
Que el fiscal, que el juez, que el gobernador, que la vicegobernadora, que los demás…todo es una confabulación contra él, según su modo de ver las cosas. Y sigue golpeando, sin tener nada para decir de sí mismo, de su gestión, que terminó incendiando al departamento.
Fuera de los pocos micrófonos que se le ofrecen, clama por la presencia de los candidatos del justicialismo, que buscan su “bendición” pero sin comprometerse mucho, temiendo “quemarse” si lo visitan y esta visita trasciende. Pero su preferida es una ex reina nacional, que se consagró cuando él era jefe comunal.
(Sergio Salgado, aún aguarda aunque algo molesto una visita de Flor Destéfanis, que según dicen algunos de sus allegados, ha prometido varias veces -sin cumplir- ir a verlo a la cárcel de San Felipe, donde se encuentra desde hace 110 días acusado de encabezar una asociación ilícita, para definir algunos temas políticos y entonces sí, darle su “bendición” como candidata a intendenta, hecho que ahora está en veremos).