
Existen personas muy sensitivas, quizás con una sensibilidad especial que dicen sentir cerca de sí a sus seres queridos que ya fallecieron. Afirman que de vez en cuando sienten un escalofrió por la espalda cuando el familiar muerto anda cerca de ellos, lo que sucede porque el alma ha tocado a esta persona y quiere comunicarle algo.
No importa en qué entorno creciera y vivera el que antaño fue un ser humano, pues en casi todos los casos el alma casi siempre permanece durante un tiempo allí donde vivió, e intenta seguir viviendo como siempre en su antiguo campo de actividades, tal como era su costumbre cuando era un ser humano.
Sin embargo este plano no es el lugar donde el alma ha de quedarse, ni deberíamos buscar la comunicación con el alma del fallecido, pues los lugares de evolución esperan al fallecido y a través de impulsos el alma puede ser conducida a ellos. Sin embargo cuando la persona ha estado muy atada a la materia le cuesta reconocer su situación. Finalmente el alma tiene que comprender que ya no puede tocar ni palpar nada de aquel entorno material tan querido, entonces empezará a sentir la atracción de otros estadios donde tal vez comience a recorrer “el camino del olvido”, un proceso en el que comienzan a perder importancia muchas cosas que antaño fueron importantes, pues el camino del olvido significa soltarse muy paulatinamente de todo aquello que dio seguridad y apoyo al alma como ser humano.
Maximiliano Corradi
DNI 27090991