El autor de La ciudad y los perros y premio Nobel de Literatura falleció este domingo a los 89 años en Lima, rodeado de su familia. Fue una figura clave del “Boom latinoamericano” y una de las plumas más influyentes en lengua española.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, uno de los grandes referentes de la literatura en español, falleció este domingo en Lima a los 89 años. La noticia fue confirmada por su hijo Álvaro Vargas Llosa a través de un comunicado en la red social X.
“Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz”, expresó. En el mismo mensaje, la familia pidió respeto por la intimidad del duelo y confirmó que, cumpliendo la voluntad del autor, los restos serán incinerados y no se realizará ninguna ceremonia pública.
Nacido en Arequipa en 1936, Vargas Llosa fue uno de los máximos exponentes del llamado Boom latinoamericano, junto a figuras como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Su irrupción en la escena literaria llegó en 1963 con “La ciudad y los perros”, una obra que revolucionó la narrativa hispanoamericana y lo consagró como un autor fundamental.
A lo largo de más de seis décadas, escribió novelas, ensayos, piezas teatrales y artículos periodísticos. Títulos como “Conversación en La Catedral”, “La casa verde”, “La tía Julia y el escribidor” y “La guerra del fin del mundo” son parte de un legado literario que trascendió fronteras y generaciones.
En 2010, recibió el Premio Nobel de Literatura, distinción que se sumó a otros importantes galardones como el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias y la Legión de Honor francesa.
Además de su carrera literaria, tuvo una participación activa en la vida política de su país. En 1990 fue candidato a la presidencia del Perú, experiencia que marcó un giro en su vida pública y que lo convirtió en un intelectual comprometido con el debate político y social desde una perspectiva liberal.
Mario Vargas Llosa deja una obra que seguirá viva en lectores de todo el mundo. Su muerte marca el final de una era, pero también la permanencia de una voz que cambió para siempre la literatura en español.