Esta semana se cumplen tres meses desde que el joven enfermero del Perrupato murió tras ser colisionado por un vehículo.
Lucas Andrada se desempeñaba como enfermero en el servicio de cirugía del Hospital Perrupato. El pasado viernes 2 de abril a las 6 de la mañana, terminó su guardia y, como cualquier otro día, se dirigió en moto a su casa ubicada en el distrito de Los Barriales, Junín.
Andrada, de 29 años, fue colisionado fuertemente por un Ford Fiesta, al mando de un hombre de apellido Pupato. El enfermero murió en el lugar, a escasos metros de su domicilio.
Lucas era papá de un nene de 5 años, Thiago; y su pareja cursa actualmente el sexto mes de su embarazo.
Darío Andrada, hermano de Lucas, en contacto con Tiempo del Este, contó sobre la preocupación de su familia, debido a que entienden que el proceso judicial viene lento. “Pedimos justicia por él. No queremos que esto quede en la nada”, expresó.
“La persona que lo chocó dejó a un nene de 5 años sin padre, y a un bebé que viene en camino, también lo dejó sin papá”, manifestó con dolor, el hermano del difunto. El caso tiene le carátula de homicidio culposo.
“Era una persona ejemplar, muy bueno, muy atento con todos. Por eso vamos a insistir pidiendo justicia”, recordó Darío a su hermano.
Uno de los más afectados por la muerte de Lucas, fue su hijo Thiago. Eran muy apegados y solían ir juntos a todos lados. Como aún es pequeño, desde la familia le explicaron que su papá se fue a sanar personas al cielo. Thiago, con la inocencia de sus cinco años, todavía suele preguntarles: “¿Cuándo va a volver mi papá?”.