El joven asistió a Rivadavia Canta Al País y cuando salió descubrió que su vehículo no estaba. “Fue una pesadilla”, narró la víctima del robo.
Gonzalo Aguirre (30) llegó desde Godoy Cruz junto a su esposa y una pareja amiga con la intención de disfrutar una noche de música en la 36° edición del Festival Rivadavia Canta al País. Y lo que iba a ser una noche de disfrute terminó siendo “una pesadilla”, como le comentó a Tiempo del Este.
“Era la primera vez que íbamos y obviamente que va a ser la última. No vamos a volver nunca más. Llegamos tarde porque sabíamos que iban a tocar esa noche muchas bandas, antes que actuase La Konga. Llegamos cerca de la una y estacionamos (en Agustín Álvarez) en un barrio que no se veía feo y bajamos con una hielerita, en la que llevábamos bebidas”, comienza Gonzalo en su relato.
Recuerda su regreso al lugar donde había dejado su vehículo: “Volvimos como a las 4 de la mañana y el auto no estaba. Yo le había cortado la electricidad desde la bobina de encendido y era imposible que lo hicieran arrancar. Para mí se lo llevaron tirando o empujando”.

Y sigue: “Comencé a caminar y unos metros más allá, me encuentro con un hombre llorando junto a su hijo, porque le habían robado su Peugeot 307 negro y un poco más allá había otra familia también llorando porque le habían robado su Renault 19 color blanco. Yo no caía que a mí también me había pasado”.
“Fue una pesadilla”
Luego, Gonzalo describe lo que sintió: “Para mí eso fue una pesadilla, porque en un lapso de una cuadra y media se habían perdido tres autos. Pedimos ayuda y solo había un preventor como a trescientos metros. Y la policía recién llegó a los 40 minutos desde el momento en que la llamamos”.
“Para mí me estaban vigilando, porque me bajé con la hielera, encaré para el festival y se deben haber dado cuenta que no era del barrio. Yo solo tenía asegurado el auto contra terceros, por lo que la compañía no me cubre nada. Estimo que ese auto por su estado, debe estar costando unos 350 mil pesos”, resalta sin ocultar su frustración.
Gonzalo es chofer de colectivos y la pérdida de su vehículo, significa no tener en qué ir porque el auto que me robaron me permitía ir a mi trabajo en horario de la madrugada.
Pero desde su desventura, confidencia que “lo estuve buscando por distintos lugares de Rivadavia, pero no soy investigador ni delincuente, entonces no encontré nada”.