*Por Sofía Marlene Cárdenas (soberania.psiclica@gmail.com)
“Milagros salía hace tiempo con Sebastián. Un día quedaron en juntarse, en el café de siempre a las 16hs. Como venía atrasada, le envió un mensaje que llegaría unos minutos tarde, del cual no recibió respuestas. Al llegar y ver que no estaba, decidió pedir algo para tomar mientras esperaba, el viaje en bicicleta la había cansado. Como Sebastián no llegaba, decidió llamarle, pero su teléfono estaba apagado. Opto por escribirle “¿Estás bien? ¿Pasó algo?”. Lo único que recibió como respuesta fueron dos tildes celestes. No contestó más sus llamadas ni mensajes, como si se lo hubiera tragado la tierra. No supo nada más de él”.
¿Te pasó que de la nada una persona esfume su comunicación, sin dar explicaciones ni dejar rastro?
El término ‘ghosting‘, derivado de ghost (del inglés, fantasma) “desaparecer como un fantasma”, consiste en terminar una relación cortando todo contacto con la persona en cuestión y sin darle ninguna explicación.
El ghosting no es nada nuevo, ni existe solamente en el ámbito sexoafectivo: hay escenas famosas, como la del padre de Nelson de Los Simpson, que “se fue a comprar cigarrillos y nunca volvió”. También aplica en el ámbito laboral, entre amigxs, compañerxs, etc.
Existen muchas formas de finalizar una relación, pero probablemente la utilización del “ghosteo” también nos está hablando de los cambios en las formas que tenemos para vincularnos con lxs demás, en las dificultades que podemos tener para comunicar lo que nos pasa y expresarlo. No se trata de hacer generalizaciones, sino de intentar entender que sucede detrás de ese accionar.
Cualquier persona es capaz de hacer “ghosting” y los motivos que lo incentivan pueden ser varios. Hay que tener en cuenta que detrás de esta situación hay otra/otras personas: y las repercusiones pueden afectar nuestra salud mental, “solemos preguntarnos qué hicimos mal, si somos culpables, sentir temor a retomar nuevos vínculos y que suceda lo mismo”.
Hablar de responsabilidad en los vínculos es comenzar a visualizar nuestras habilidades sociales: entender que nuestras acciones tienen impacto en otras personas y que la empatía es algo que podemos aprender.
¿Cómo puedo poner en práctica la responsabilidad emocional en los vínculos? ¡Lo podrán leer en el próximo artículo!
*La autora de la nota es educadora, psicóloga y sexóloga (MP 4232).