El ex intendente, al frente del Partido Verde, quedó segundo en las elecciones. Dejó sin quorum ni control del Concejo al oficialismo. “Vengo a controlar al Ejecutivo y a proponer trabajar en temas importantes”.
Ricardo Mansur está contento con lo alcanzado en las elecciones legislativas del domingo 14, aunque cree que con una semana más de campaña podría incluso haber acortado más la diferencia con el oficialismo. Y es que al ex intendente de Rivadavia le bastaron poco más de cien días de campaña, al frente de un partido sin representación previa en el departamento (Partido Verde) y con muy pocos recursos, para quedarse con el segundo lugar, desplazar al kirchnerismo a un tercer puesto casi testimonial y quedar a menos de 1.400 votos del oficialismo.
Mansur será concejal en Rivadavia y está satisfecho, pero no sorprendido por los resultados que, atribuye, a que “el oficialismo se alejó de los intereses de la gente. Fíjese que tuvimos que salir a pelear electoralmente para que la Provincia se acordara de que existimos y bajara obras a Rivadavia, para que comenzaran asfaltos largamente prometidos y para que incluso vinieran candidatos como (Alfredo) Cornejo, que vino más en estos días que en todo el tiempo en el que fue gobernador”.
Dice que esa es “la Fuerza Verde” y que luego de haber sido diputado provincial y nacional, después de haber sido intendente, decidió bajar nuevamente al llano y arrancar de cero, desde una banca del Concejo, para controlar y ayudar al departamento. Esa, asegura, será su tarea desde diciembre: “Controlar al Ejecutivo y ayudar a que el departamento vuelva a ocupar un lugar central en la Provincia. Hoy estamos claramente desplazados, en la periferia y eso la gente lo nota”.
Cambia Mendoza obtuvo en Rivadavia la peor perfomance en toda la Provincia, de un departamento gobernado por ese frente (35,45% de los votos) y en el global, CM solo sacó menos votos en Santa Rosa y Lavalle, dos departamentos gobernados por el Frente de Todos.

En estos días a Mansur lo han tratado de kirchnerista, de socialista, pero él dice que está tranquilo: “Soy radical y voy a morir radical, pero antes soy rivadaviense”. Con su candidatura y tras las elecciones del 14 de noviembre, Cambia Mendoza perdió el quorum y el control de Concejo Deliberante: dos malas noticias para el intendente Miguel Ronco (que irónicamente llegó a ese puesto bendecido por Mansur), y que deberá aprender a negociar con la oposición para aprobar las ordenanzas. Efectivamente, a partir de diciembre Cambia Mendoza tendrá en Rivadavia cinco concejales, tres el Frente de Todos y las dos bancas restantes serán del Partido Verde.
“En Rivadavia es necesario controlar la manera en la que gobierna el oficialismo y volver a discutir temas importantes. Fíjese que mientras que el Concejo Deliberante de Rivadavia hoy discute el sentido de circulación de una calle, han pasado cosas importantes, o mejor dicho no han pasado: nunca llegó la doble vía pese a que estuvieron los fondos, se llevan el casino a un súper complejo con hotel, cine y emprendimiento inmobiliario que van a montar en San Martín, no se hizo la FAI, que era el gran referente del agro en el oeste del país, no se hizo el polo TIC de Mundo Nuevo, Junín construyó tres veces más viviendas que Rivadavia… ¿Quiere que siga? Acá ha faltado gestión y autocrítica, también control de un Municipio que era ejemplo y que ahora no sabemos ni siquiera cuántos contratados tiene. La gente se da cuenta de eso, de que nos han corrido de la escena provincial y tenemos que recuperar protagonismo, gestión y buena administración”.
Eso es lo que promete Mansur desde su banca: control del Ejecutivo y ayuda desde el Concejo para tratar los temas “importantes”. Tiene a su favor que conoce de lo que habla porque ha estado en la gestión del Municipio y también en la actividad legislativa. Su gran objetivo es volver a pelear por la intendencia en 2023, aunque por ahora prefiere no hablar del tema: “Vamos a trabajar por Rivadavia, por los productores, por los vecinos, por los comerciantes y los estudiantes como lo he hecho siempre”, cierra y se entusiasma, sonríe detrás de su histórico bigote.