El dolor de la ausencia, que parte de lo inexplicable, es una pesadilla que golpea inacabadamente a la familia de Sergio Lobos. Uno de sus hijos, Damián, se refiere a la investigación, evoca la memoria de su padre y expresa con el alma herida: “Mi papá no podrá conocer a la nieta que viene en camino”.
No solo está ausente en la mesa de las conversaciones y sueños que supo atesorar junto a los suyos, sino que también quedaron truncos los proyectos laborales y personales que él tenía. Apasionado de su trabajo y de las motos, hincha de River y de Palmira, junto a un grupo de amigos tenían programado visitar las Cataratas del Iguazú, y marchar en caravana, como había sucedido en otros tantos viajes.
Pero Damián sigue adelante con la carpintería, aunque le falta su otra mitad, representada en la figura paterna: “Es una situación que no la puedo definir con palabras, es inexplicable, porque yo no perdí solo a mi papá, también perdí a mi amigo. Trabajábamos los dos solos y era la persona con la que yo conversaba todo el día. Es un eslabón que me arrebataron y ya los días no son los mismos”.
“Es algo muy duro e inaceptable, y encima de toda esta situación la vivimos de la peor manera. Si hubiese sido un accidente, vaya y pase, pero este momento no se lo deseo a nadie. Es una pesadilla, y a veces pensamos que no nos puede estar pasando a nosotros”, expresa con tristeza en su voz.
Y revela al borde de las lágrimas: “Mi papá no podrá conocer a la nieta que viene en camino”. Se trata de su tercera hija, que nacerá en mayo y la quinta nieta de Sergio (las otras dos son de su otro hijo, Emiliano).
Preocupación
Asegura que hoy están “muy preocupados porque está claro que hay otra persona más involucrada. Sospechamos que es otro hombre”. Y extiende sus dudas sobre el proceder de la pareja de Zalazar: “Es extraño que hacía 7 años que vivían juntos y ella no le conociese ningún amigo”
Añade que “no vamos a realizar ninguna marcha en lo inmediato, vamos a esperar la respuesta del fiscal de Homicidios (Gustavo Pirrello) a las pericias de los celulares de mi papá y de Zalazar, además del informe de la pericia forense, que aún tampoco lo tenemos”.
Reflexiona que “si hubiésemos esperado la investigación de la Fiscalía, no sé si hubiésemos encontrado el cuerpo de mi papá, ellos tienen un sistema de trabajo muy lento”.
El caso
Sergio Lobos se marchó en la tarde del 21 de diciembre a la zona de San Roque, donde se iba a encontrar con Víctor Zalazar, para adquirir una barra antivuelcos, para su camioneta Ranger.
Luego de la denuncia de desaparición de persona, la policía con el apoyo de la familia Lobos, inició una serie de operativos en distintas zonas con resultado negativo.
El 24 de diciembre el principal sospechoso de la desaparición, Víctor Zalazar, fue encontrado ahorcado en una finca abandonada de Santa Blanca por el grupo de rescate que conformaban amigos y familiares de Sergio Lobos.
Y el 29 de diciembre, fue hallado el cuerpo de Sergio Lobos, en las inmediaciones de la ruta 60, en zona de Barrancas.