* Por Roberto Mercado (romercado1962@yahoo.com.ar)
El maestro Damián Sánchez recuerda a Jorge Sosa
“Nos es lo mismo el otoño en Mendoza…”, comienza diciendo la elegida como canción del siglo pasado Tonada de Otoño. Y en esta estación que hoy se inicia ese verso adquiere otra connotación y dimensión, porque es el primer 21 de marzo en el que no está entre nosotros el inolvidable poeta Jorge Luis Sosa, fallecido el pasado 5 de agosto a los 75 años. No es lo mismo el paisaje sin el que mejor lo supo describir y pintar.
Pero los poetas pueden darse algunos gustos, aún ausentes, a la hora de homenajearlos, pues no solo será en el día del nacimiento y la partida, sino también, en su caso, cada tercer mes del año, cuando ese otoño comience, ya que el solo hecho de nombrar la estación nos remitirá a él y, en lugar de recordarlo, lo cantaremos.
Quien esto escribe logró la palabra del maestro Damián Sánchez, su enorme socio creativo, en exclusiva para Tiempo del Este y el programa De la raíz a los pájaros que se emite lunes y jueves por Radio Jardín, de Junín, Mendoza. Esto nos dijo el reconocido compositor mendocino ante las 4 preguntas realizadas.
¿Qué sensación le produce la llegada del primer otoño sin el poeta?
“Qué gusto el poder estar con vos, Roberto, en el primer día del otoño sin Jorge Sosa. Realmente, desde lo humano, siente una tristeza muy grande, pero ya conociendo y sabiendo lo que es la vida, es una alegría muy grande haber escrito algo juntos sobre esta estación que hace que Mendoza pueda haber trascendido también a través de una canción y que la misma gente, en el año 2000, la haya elegido como canción del siglo. Entonces, cuando pienso en Jorge Sosa, pienso en la alegría de haber estado con él. No lo siento con pena. La tristeza viene porque no podemos compartir físicamente o seguir componiendo, pero nada más que eso, ya que sigue estando conmigo, juntos, ya que la canción esta que compusimos es la que nos hizo y nos hace feliz”.

¿Cómo fue que se conocieron y en qué momento comenzaron a componer juntos?
“Con Jorge nos conocimos en 1971, año en el que me retiré porque sentí que cumplí mi ciclo en Los Trovadores y volví a Mendoza a continuar los estudios de violoncelo y director de coro. Vine con toda la experiencia de aquel conjunto en cuanto a trabajar con grupos vocales y tenía la idea de crear un coro y formé, en primer instancia, un grupo de cámara que se llamó Canturía, y entre la gente que se acercó estaba Jorge Sosa. Me entregó una carpeta que decía poesías, o algo así, que todavía la conservo, en la que había una gran cantidad de poemas. La primera que apareció y musicalicé, en menos de un mes, fue Marrón. Vine a Buenos Aires se la ofrecí a Mercedes Sosa quien inmediatamente la grabó. Esa fue la primera vez, donde uno sabe que se encuentra con un par, más que con un amigo, alguien con quien se puede compatibilizar en la poesía y en la música.”
¿Canturía y Markama fueron las alas para echar a volar esas obras?
“Canturía y Markama fueron alas para echar a volar muchas obras, pero mis canciones ya venían sonando en voces de Los Trovadores y en la de otros artistas, fundamentalmente con Mercedes Sosa, con quien hice una gira de 6 meses en 1967 junto con el conjunto, donde convivimos y nos encontramos permanentemente con la canción. Éramos amigos con ella, y teniendo el alcance y la popularidad que tenía en Latinoamérica, fundamentalmente, hizo trascender muchas de mis canciones, de las cuales grabó 7, permitiéndome ser conocido en el continente y en Europa. En Canturía hicimos canciones que quiero con toda el alma, muy testimoniales y propias de esa época del 71 al 74. También en Markama hice obras, ya en música sola que también fueron catapultas para la proyección.”
Un reflexión final sobre la obra de Jorge
“La reflexión final sobre la obra de Jorge, en la que puedo decirte que somos compadres porque el segundo hijo que tuvo con Bea es ahijado mío, o sea somos compañeros de vida porque tenemos cosas que nos unen más allá del oficio, del arte, de la poesía y de la canción. Hay una empatía familiar también. Entonces yo tengo la impresión de un hombre completo, muy inteligente, muy claro y uno de los poetas más notables de nuestro país, donde tenía la palabra precisa, justa, para decirlas con el sentido más apropiado de su mente, de su pensamiento, de su lenguaje. Jorge Sosa es uno de los poetas ejemplares, no solamente por el manejo de la palabra y de la poesía, sino también por el ideario, por el pensamiento, por la propuesta que a través de él lleva al ascenso del hombre, del acercamiento del hombre a un crecimiento necesario que tenemos que tener todos para poder vivir en paz y en armonía, en convivencia natural, evitando no solo las discusiones sino estas cosas que están pasando como el clima de guerra tan espantosa. Jorge tenía paz y justicia en su poesía y yo tengo un gran orgullo en hablar y decir lo que digo, porque Jorge Sosa es un poeta, que si bien nación en Zavalla, es un mendocino que hay que recordarlo y tenerlo presente siempre, porque él lo está.