*Por Sofía Marlene Cárdenas (soberania.psiclica@gmail.com)
En el marco de que en este mes festejamos el día de la niñez, fase de desarrollo de las personas entre el nacimiento y la adolescencia, resulta importante pensar que sucede con el aspecto sexual en esa etapa de nuestra vida.
Como premisa principal sabemos que hablar de sexualidad en las infancias es un derecho de todos los días, en todos los ámbitos.
Algunos ejes importantes sobre el tema:
-Hablar de sexualidad no es sinónimo de hablar de sexo, ni de práctica sexual. Es un mito que hasta hoy en día circula en lo cotidiano, con una carga negativa y llena de prejuicios cuando hablamos del tema.
La sexualidad es un concepto integral y en permanente construcción, y no se refiere solo a la genitalidad, sino que se vincula con los sentimientos, la afectividad, la identidad y las formas de relacionarnos con otras personas. También tiene que ver con experimentar el placer, ejercer los derechos sexuales y (no) reproductivos, reconocer y cuidar el propio cuerpo y el de lxs demás.
Entender que la sexualidad forma parte de nuestra cotidianeidad nos permite poder comenzar a hablar de ella dentro de las rutinas que incluyen el cuerpo del niñx: por ejemplo, comunicarle cuando le vamos a cambiar el pañal o poner otra ropa, nombrar a las partes del cuerpo por su nombre (sin apodos, diminutivos u omisiones), entre otras.
-Reconocer la perspectiva de género y respetar la diversidad: nos posibilita repensar y construir nuestras identidades, para salir del encasillamiento de los roles de género. Los juegos y juguetes no tienen género, las personas tienen prejuicios que lo único que hacen es encasillar la creatividad, suponiendo que existen juegos acordes según su genitalidad.
-Valorar la afectividad: contribuye al desarrollo de capacidades como la empatía, la solidaridad y el respeto. Así como también valorar el espacio reflexivo para generar cada vez mejores vínculos, de dialogo, cuidado y contención. No obligarles a dar besos y abrazos si no quieren y resaltar que su cuerpo es suyo y que nadie puede hacerle nada sin su consentimiento también forma parte de la Educación Sexual Integral.
-Cuidar los cuerpos y la salud, no solo desde un enfoque asociado al riesgo y miedo, sino también del disfrute.
No hay una sola manera de vivir la infancia, y el rol de las personas cuidadoras es fundamental para garantizar sus derechos.
*La autora de la nota es educadora, psicóloga y sexóloga (MP 4232).