El objetivo del encuentro fue el fortalecimiento del turismo rural de la provincia de Mendoza.
Con el objetivo de seguir fortaleciendo el Turismo Rural, el EMETUR y la UNCuyo, a través de sus áreas de Cadenas de Valor y Desarrollo Territorial, que vienen trabajando con el Grupo desde el año 2022, brindando formación académica y asistencia técnica para la formalización y el fortalecimiento de sus emprendimientos, organizaron una jornada de trabajo con prestadores turísticos de Medrano.
La delegación estuvo encabezada por el Director de Desarrollo Turístico e Innovación del EMETUR, Marcelo Reynoso y el Director de la carrera de Turismo de la UNCuyo, Franco Bianco, quienes estuvieron acompañados por Alejandro Martínez, de Slow Food Argentina, una organización que promueve el consumo responsable y la valorización de los productos locales.
El objetivo de la visita fue conocer de primera mano los servicios y productos ofrecidos por el Grupo Asociativo de Turismo Rural de Medrano, que ofrece una variada gama de opciones, que incluyen alojamiento, salón de eventos, bodegas familiares, productos regionales, vinos y espumantes, entre otros. Asimismo, se buscó establecer un diálogo con los prestadores, para conocer sus experiencias, desafíos y expectativas y brindarles apoyo y orientación para el desarrollo de sus proyectos.
Durante el recorrido, los visitantes pudieron apreciar la calidad y la diversidad de la oferta turística de Medrano, que se caracteriza por su paisaje rural, su cultura vitivinícola y su identidad local. También pudieron degustar algunos de los productos regionales elaborados por los prestadores, como el queso de cabra, el dulce de membrillo, el aceite de oliva y el vino.
La visita concluyó con una reunión, en la que se destacó el trabajo conjunto entre la UNCuyo, los municipios y el Grupo, resaltando la importancia de la capacitación y el acompañamiento brindados desde la universidad hacia los emprendedores del sector turístico.
Para finalizar el encuentro, durante el diálogo entre los participantes se evidenció el potencial del turismo rural como motor de desarrollo socioeconómico y cultural para las comunidades locales y se plantearon algunas líneas de acción para el futuro, como la articulación con otros actores del territorio, la promoción y difusión de los servicios y productos y la mejora de la calidad y la sustentabilidad de los mismos.