Fue atrapado luego de varios días de estar prófugo tras el crimen de Juan Carlos González (78), ocurrido a fines de enero.
Luego de varios días de eludir a las autoridades, finalmente este lunes fue capturado Jesús Alejandro Rosas (36), el segundo y último sospechoso que era buscado por el crimen ocurrido en el último día de enero en San Martín. El hombre será imputado como cómplice en el asesinato del finquero Juan Carlos González (78), que era su jefe en el trabajo rural.
Desde hace una decena de días que los sabuesos policiales estaban tras los pasos de Jesús Rosas, tras ser identificado como una de las dos personas que presuntamente mataron al encargado de finca. En las últimas horas habían obtenido el dato de que se estaba resguardando en una especie de aguantadero ubicado a la vera de un río en la localidad de Palmira. Efectivamente, gracias a un trabajo con drones, fue ubicado y detenido en el lugar.
De acuerdo a lo que indicó Diario Uno, Jesús Rosas correrá la misma suerte que Rodrigo Moya (25), el primer detenido por el crimen del finquero. Será imputado por homicidio agravado por criminis causa, por alevosía y ensañamiento. Quedará detenido y pasará arriesgar una potencial condena a prisión perpetua.
Crimen en calle El Médano
Juan Carlos González, de 78 años, fue hallado calcinado en el interior de una camioneta que se estaba prendiendo fuego en calle el Médano, entre Costa Canal y Montecaseros, en la mañana del 31 de enero pasado.

Yacía en el asiento trasero y en un primer momento los Bomberos detectaron que tenía un orificio en el cráneo, por lo que sospecharon que había sido ultimado con un arma de fuego. Sin embargo, el primer adelanto del trabajo que realizó el Cuerpo Médico Forense (CMF) descartó ese causal del muerte.
Si bien resta el informe final de la autopsia, en base a los primeros peritajes y a la declaración de varios testigos se conjetura que la lesión en el cráneo se produjo por el mismo calor del fuego. Todo parece indicar que el encargado de la finca fue atacado con golpes de puños y con el mango de un arma blanca -tampoco presentaba puñaladas o cortes-.