Por: José “Pipo” Álvarez, vicepresidente de CLERTIC (Confederación Latinoamericana y Caribeña de Energía, Telecomunicaciones Rurales y Tecnologías de la Información y la Comunicación)
América Latina enfrenta hoy un escenario energético complejo, pero también lleno de oportunidades. En la mayoría de los países de nuestra región, los problemas estructurales se repiten: una insuficiente capacidad de generación, redes de transmisión que requieren modernización urgente, y una demanda creciente impulsada por el desarrollo tecnológico, el crecimiento urbano y la electrificación de nuevas áreas rurales.
Los actores del sector energético hemos sido sorprendidos por la velocidad con la que se ha incrementado el consumo eléctrico. Este fenómeno, lejos de ser transitorio, llegó para quedarse. La expansión del uso de tecnologías, el aumento de dispositivos electrónicos en los hogares, la irrupción de la electromovilidad y los cambios en los hábitos de consumo hacen que las proyecciones de demanda se disparen año tras año. Y, en paralelo, el cambio climático nos impone desafíos adicionales, afectando tanto la disponibilidad de recursos como la estabilidad de los sistemas eléctricos.
La gran pregunta que enfrentamos es: ¿cómo nos estamos preparando para garantizar un suministro confiable, sostenible y equitativo en este nuevo escenario?
Desde CLERTIC, organización que reúne a expertos y actores de la energía, las telecomunicaciones y las TIC rurales, hemos puesto este tema en el centro del debate. En los recientes congresos regionales en los que hemos participado, se han establecido algunas líneas de acción estratégicas para avanzar con responsabilidad y visión de futuro:
- Promoción del uso eficiente de la energía
La educación energética es clave. Debemos fomentar una cultura de consumo consciente entre los usuarios, tanto residenciales como industriales, donde el ahorro y la eficiencia sean vistos no como un sacrificio, sino como un acto de responsabilidad ambiental y económica. - Implementación de medición inteligente
Los medidores inteligentes no solo permiten a los usuarios monitorear y optimizar su consumo, sino que también entregan a las empresas distribuidoras una herramienta valiosa para detectar fallas, realizar diagnósticos preventivos y responder de forma más rápida y precisa ante emergencias, especialmente en un contexto climático cada vez más desafiante. - Integración de telecomunicaciones en la infraestructura energética
La conectividad digital ya no es un lujo, sino un derecho. Por eso, las empresas distribuidoras están incorporando redes de telecomunicaciones en sus infraestructuras, permitiendo así llevar internet de calidad a zonas rurales que han estado históricamente excluidas. Esta convergencia entre energía y conectividad es fundamental para el desarrollo integral de las comunidades. - Desarrollo de sistemas de almacenamiento energético
La transición energética no será posible sin avanzar decididamente en tecnologías de almacenamiento, particularmente baterías de litio. Estos sistemas permiten estabilizar la red, almacenar excedentes de energía renovable y garantizar continuidad de suministro ante interrupciones. Es una inversión clave para la resiliencia del sistema eléctrico.
Hoy, más que nunca, necesitamos visión, colaboración público-privada y voluntad política para transformar nuestro sistema energético. La región latinoamericana tiene recursos, talento y conocimiento. Lo que hace falta es articular estrategias comunes, aprender de las buenas prácticas y mirar al futuro con decisión.
Desde CLERTIC, reafirmamos nuestro compromiso de seguir impulsando el desarrollo sostenible, la equidad territorial y la innovación tecnológica como ejes fundamentales para enfrentar los retos del siglo XXI.
Porque la energía no es solo un servicio: es la base del bienestar, la productividad y la dignidad de nuestros pueblos.