Aunque se aprobó el proyecto en general, la ley que regula el debate de los DNU no se aprobó al no haber conseguido la mayoría absoluta de 129 votos en uno de los artículos de esa iniciativa.
La oposición logró aprobar hoy el nuevo régimen de decretos de necesidad y urgencia (DNU), que pone en jaque la capacidad del presidente de gobernar a través de esa vía discrecional, pero el proyecto no logró convertirse en ley.
Aunque se aprobó el proyecto en general, la ley que regula el debate de los DNU no se aprobó al no haber conseguido la mayoría absoluta de 129 votos en uno de los artículos de esa iniciativa. Se trata del artículo 3, referido al plazo que tenía el Congreso para debatir un DNU, resultó negativo al obtener 127 votos, con lo cual el proyecto deberá volver a la Cámara de Senadores.
La normativa venía con media sanción del Senado y cosechó 140 votos a favor, 80 negativas y 17 abstenciones.
De aprobarse esta modificación, los DNU tendrán una vigencia de apenas tres meses desde su publicación en el Boletín Oficial y el oficialismo contará ese plazo para conseguir su convalidación en los plenos de ambas cámaras, de modo tal que los efectos jurídicos de esos decretos queden en pie una vez transcurrido ese período.
A la inversa, la oposición ya no necesitará mayorías en ambas cámaras para derribar los decretos y le bastará con rechazarla en una sola para derogarlos.
En caso de que los decretos sean derogados, el Poder Ejecutivo no podrá disponer un decreto que verse sobra la misma materia hasta el siguiente año parlamentario.
Además, con esta reforma quedará prohibido que un mismo decreto verse sobre más de una materia, algo que sucedió, por ejemplo, con el polémico y resistido mega DNU.
Las restricciones clave para el Ejecutivo
La iniciativa busca reformar la Ley 26.122 para erradicar el artilugio de la “sanción ficta” (la convalidación de decretos por el silencio del Congreso).
Los cambios más importantes que empoderan al Congreso son:
- Plazo Perentorio: Propone que el Congreso disponga de 90 días corridos para pronunciarse sobre la validez de los DNU. Si el Congreso no logra expedirse en ese lapso, el decreto quedaría automáticamente sin efecto y derogado.
- Rechazo Simplificado: La nueva norma exige la aprobación explícita de ambas Cámaras para que los DNU puedan seguir vigentes. Adicionalmente, bastará con que una sola cámara rechace un DNU o decreto delegado para dejarlo sin efecto. Esto difiere de la norma actual, que exige el rechazo de las dos cámaras.
Cabe destacar que el proyecto inicial sufrió modificaciones durante el debate en Diputados, por lo que podría requerir volver al Senado antes de convertirse definitivamente en Ley.