Foto: Diario Uno
El presidente de la histórica Bodega Familia Crotta murió en las últimas horas. Empresario apasionado, dirigente deportivo y defensor de la tradición vitivinícola, deja una huella profunda en San Martín y en todo el sector del vino.
El mundo del vino mendocino despidió este lunes a uno de sus grandes referentes. Carlos Eduardo Crotta, presidente de la tradicional Bodega Familia Crotta, falleció a los 59 años tras sufrir un infarto. La noticia generó un profundo impacto en el ambiente vitivinícola y en su ciudad de San Martín, donde también se destacó como dirigente del Club Atlético San Martín.
Crotta había asumido la dirección de la bodega familiar a los 22 años, junto a su padre Carlos Leopoldo, y fue parte de la tercera generación de una familia históricamente ligada al vino. La bodega, fundada en 1933 por su abuelo José Eduardo Crotta, es un ícono de la zona Este, ubicada en el carril Chimbas de Palmira y reconocida por su emblemática torre de 33 metros.
Fiel a su legado, Carlos promovió la innovación sin perder de vista la tradición. En los últimos años, lideró junto a sus hermanas y sobrinos el relanzamiento de un vermouth original de los años ’50, y fortaleció el perfil social de la bodega con el Centro Educativo de Vendimia, una iniciativa destinada a erradicar el trabajo infantil en la cosecha.
Además de su rol como empresario, Crotta fue presidente de Bodegas de Argentina y dedicó casi 14 años a la dirigencia del club chacarero, siempre con el objetivo de aportar al desarrollo de su comunidad.
Sus restos serán velados en la sala Boschin de Guaymallén. En pareja con María Gabriela Capó, no tuvo hijos, pero mantenía un estrecho vínculo con sus seis sobrinos, a quienes consideraba “sus hijos”.
El intendente de San Martín, Raúl Rufeil, expresó su pesar y destacó la figura de Crotta como un hombre comprometido con su tierra y su gente.