El histórico dirigente justicialista de San Martín, Miguel Montaña, reflexionó en el Día del Militante Justicialista acerca de la situación del peronismo.
“Sin renovación, el peronismo seguirá repitiendo los mismos errores”
*Por Miguel Montaña
El resultado de las últimas elecciones fue un llamado de atención que no puede ser ignorado. El peronismo mendocino viene atravesando un proceso de desgaste que no se explica solo por factores externos, sino también por limitaciones internas de quienes conducen. La dirigencia actual es mediocre, se ha acostumbrado a mirar más hacia adentro que hacia la gente, a sostener estructuras en lugar de abrir caminos nuevos.
Seguí de cerca lo que pasó en las últimas elecciones. Muchos compañeros con vocación y capacidad quedaron afuera, simplemente porque no forman parte del círculo chico que hoy decide quién puede y quién no puede participar.
Esa es una práctica que nos ha hecho perder fuerza, identidad y credibilidad frente a la sociedad. No hay renovación posible si seguimos repitiendo los mismos nombres en las listas y las mismas fórmulas que ya no entusiasman a nadie.
En el 2023 estuve trabajando junto a Eber Cáseres, un dirigente joven, con energía y compromiso, que ganó la interna del PJ en 2023 con una lista corta, sin apoyo provincial, sin padrinos y sin aparato. Ese triunfo fue la prueba de que la sociedad está pidiendo algo distinto, y que la militancia —cuando se le da lugar— puede volver a entusiasmar y representar a los vecinos.
Sin embargo, lejos de fortalecer ese mensaje, la dirigencia optó por ignorarlo. Hoy el peronismo parece haber perdido la capacidad de escuchar, de integrar y de renovarse.
El peronismo fue grande cuando se animó a abrirle la puerta a las nuevas generaciones, cuando supo combinar experiencia con energía, historia con futuro. Si no entendemos eso, si no apoyamos a los nuevos cuadros que vienen trabajando desde el territorio, vamos a seguir perdiendo elecciones. Y lo que es peor: vamos a seguir perdiendo representación real ante el pueblo.
Sectores identificados con el kirchnerismo, la cámpora y el ciurquismo, responsables de las repetidas derrotas, han concentrado el poder político durante años, cerrando el partido sobre sí mismo y alejándolo cada vez más de la gente. Los resultados electorales de por lo menos los últimos 10 años son el reflejo de esa mirada mezquina, mientras se reparten cargos entre pocos, el pueblo se aleja.
No se trata de romper, sino de reconstruir. Y reconstruir implica dar lugar a quienes todavía creen que la política puede transformar la vida de la gente. Hay nuevos dirigentes que representan esa esperanza y que merecen una oportunidad.
El peronismo necesita recuperar su vocación popular, discutir propuestas y consolidar un proyecto político, volver a poner en el centro a los trabajadores, a los jóvenes, a la clase media que se cae, a los barrios que esperan soluciones.
Por eso, invito al peronismo mendocino a reflexionar, abstenerse el kirchnerismo, camporismo y ciurquismo, a reencontrarse con su esencia y a animarse a transitar un nuevo camino. Un camino donde la historia y la experiencia convivan con la energía y las ideas nuevas. Donde la unidad no sea un discurso vacío, sino una construcción real, abierta y comprometida con la gente. Todavía estamos a tiempo de hacerlo, pero el tiempo para cambiar se está terminando.
*Montaña, es ex Secretario General de Soeva San Martín y de la CGT Ignacio Rucci.

