La desaparición del carpintero Sergio Lobos llena de angustia a la familia y agrega elementos a la causa, al conocerse la muerte del principal sospechado de su desaparición.
En Palmira se vive una intensa vigilia desde hace casi seis días, desde que desapareció Sergio Lobos (63), un apreciado vecino que se dedicaba a la carpintería y del que –por el momento- no se tienen noticias.
Su esposa Mabel y sus hijos, Emiliano (34) y Damián (33) han motorizado una búsqueda que ha recibido la colaboración de amigos y familiares, pero especialmente de la comunidad de Palmira, de donde Sergio era nativo.
A las 18.10 horas del martes 21 de diciembre fue la última vez que su hijo Damián, quien trabaja junto a su padre en la carpintería de calle Los Carozos, lo alcanzó a ver: debía ir en su camioneta Ford Ranger hasta Santa Blanca, para adquirir una barra antivuelcos. Tenía previsto encontrarse allí con Víctor Zalazar, un albañil con el que habían coincidido en un trabajo en Rodeo del Medio y que residía en el barrio Carril Viejo, de Santa Blanca. Tal vez él lo embaucó con el ardid de vendérsela u ofrecer algún conocido que tuviese la pieza.

Pero ya no lo volvieron a ver y mientras pasaban las horas, sus hijos empezaron una búsqueda que fue en paralelo a la que llevaban adelante los fiscales y policías. “Nosotros encontramos la dirección de Zalazar, la camioneta y también lo encontramos en el lugar en el que se había suicidado”, expresa Damián.
El encuentro
El encuentro entre Lobos y Zalazar se produjo, según testimonios, el mismo martes en la casa de este último. Luego, ambos salieron en el vehículo del carpintero y Zalazar regresó a su domicilio como a la hora, solo en la camioneta.
Dicha camioneta propiedad de Lobos fue encontrada por la patrulla de búsqueda, por la mañana y a dos kilómetros de ese lugar, luego de rastrillar la zona el cuerpo de Zalazar apareció colgado de un olivo en una finca abandonada, en un caso calificado por los peritos como suicidio. Un suicidio que podría haberse producido el miércoles 22 y cuyo cuerpo apareció 48 horas después.

La camioneta Ranger fue encontrada con ciertas modificaciones al estado en el que se hallaba. “Le habían pintado las llantas, quitado los estribos y había un papel de compraventa en su interior”, memora el hijo menor de Sergio Lobos, su mano derecha en la carpintería. Pero algunas manchas de sangre, en el habitáculo del vehículo, encendieron las luces de alarma en el desenlace que podría tener el caso.
Se han realizado rastrillajes en distintas zonas de Palmira, San Roque y Santa Blanca, pero aún sin resultados positivos. Sin embargo, la denuncia quedó radicada en la Oficina Fiscal que funciona en la Comisaría 28 y quedó caratulada como “averiguación de paradero”.

Manchas de sangre en la camioneta
“Dios quiera que todo salga bien y lo podamos encontrar con vida”, expresa Damián, conteniendo la carga emotiva que carga sobre sus espaldas junto al resto de sus familiares. Y añade que “esperanza es lo que nos sobra, estamos reconfortados por el inmenso apoyo que hemos recibido de parte de la comunidad durante estos días”. Pero para ellos, es lento el accionar de la investigación, por eso y de modo privado ofrecieron una recompensa para quien aporte datos certeros en la resolución del caso.

Movilización
La familia convocó a una movilización para este lunes a las 21.00 horas, en la esquina del Club Palmira, buscando lograr una concientización social que brinde alivio a la pesadilla que está atravesando desde hace casi seis días.