Con la muerte de Daniel De León se pierde una parte de la historia de la radiofonía esteña, y de la FM Galileo, donde supo desenvolverse durante más de tres décadas.
Uruguayo de nacimiento y sanmartiniano por adopción, había llegado de su Montevideo natal a mediados de los años 70 y tuvo varios trabajos, hasta que encontró su lugar en el mundo en la FM Galileo, donde pudo volcar su experiencia aquilatada por su paso en emisoras orientales.
Desde su conducción nocturna leyendo poemas de autores latinos, hasta su clásico programas vespertino de “Tangos en FM Galileo”, o siendo la voz comercial en las últimas dos décadas del fútbol en las campañas del Chacarero, su voz se destacaba no solo por ser grave, sino también por la contundencia de su tonalidad, un mix de buena dicción rioplatense.
La historia de la radiofonía dirá que en San Martín, hubo una dupla deportiva memorable, con el relato de Edgardo Tineo y la voz comercial de Daniel De León, que siguieron a San Martín y transmitieron su pasión a miles de simpatizantes.
A propósito de ello, el periodista Edgardo Tineo, compañero de tareas de De León, lo despidió con dolor: “Mi querido amigo y compañero de mil batallas en la radio de todos, se fue de gira. Vamos a extrañar tu grandeza como persona y excelente comunicador. Nos reencontraremos en algún tiempo, uruguayo gigante”.
Roxana Elisa Videla, una familiar del extinto locutor, así se manifestó: “Primo querido, mi más sincero y sentido pésame. Te abrazo con mi alma”.
Daniel será recordado como un tipo cálido, que evitaba los antagonismos. Inclusive, cuando en el folklore alguien lo ponía en la disyuntiva de elegir entre Alfredo Zitarrosa, uruguayo, y José Larralde, él proponía una respuesta equilibrada: “Los dos son muy buenos. En Uruguay elijo a Zitarrosa, pero en Argentina, a Larralde”.
O cuando le proponían que eligiese entre algún gran diez uruguayo o uno argentino, él buscaba una salida intermedia: “Me quedo con la garra uruguaya pero también con la técnica de los jugadores argentinos”. Todo un mensaje de unidad, ajeno a las grietas sociales.
Aferrado con vigor a la Biblia y a sus interpretaciones evangélicas, brindaba desde su corazón sus ya clásicas “bendiciones, que tengas buena salud vos y tu familia”.
Daniel De León tenía 70 años y muchas cosas para dar aún, pero su vida se apagó al no poder superar problemas pulmonares, que desde el amanecer de agosto lo llevaron a ofrecer una fuerte batalla de lucha por su vida.
Considerado una de las voces de oro de la locución mendocina, había formado un hogar en su querido San Martín, estaba casado con Mari Videla y tenían un hijo, Aquiles Gabriel.
El pasado 20 de julio, compartió una imagen en su perfil de facebook, la cual decía: “La más bella flor del mundo pierde su belleza pero una amistad fiel dura para la eternidad. Vivir sin amigos es morir sin dejar recuerdos”. Daniel dejó numerosas amistades, que lo mantendrán en la memoria a lo largo del tiempo.
Sus restos, desde este martes descansan en el cementerio La Paz de los Olivos, Junín.